¡No te pases con el Sol!

protegete del sol

El sol juega un papel fundamental para nuestra vida y es que está relacionado en la mejora de numerosas patologías y actúa como coadyuvante en la formación de vitamina D, esencial para la mineralización de los huesos.

Pero una dosis elevada de sol puede tener efectos nocivos para nuestra piel y el único culpable es la radiación UV. Para que podáis entender por qué es tan importante escoger un buen fotoprotector, queremos explicaros los tipos de radiación que existen y qué ocasiona cada una de ellas sobre nuestra piel:

Tipos radiaciones. Fuente: www.heliocare.es

UVB: es la que estimula el bronceado, pero a su vez, también es la responsable de las quemaduras solares. A largo plazo, puede producir cáncer de piel.

UVA: es la más peligrosa ya que no causa dolor pero penetra mucho más en nuestra piel. Es la responsable de acelerar el envejecimiento de la piel y puede provocar enfermedades pigmentarias tales como las manchas y el melasma.

IR-A: es la radiación infrarroja, una de las más importantes. Es la responsable de los golpes de calor y la insolación aumentando la temperatura interna del organismo. Además, también acelera el fotoenvejecimiento al aumentar la degradación de colágeno.

HEV: es la radiación visible y es muy parecida a la radiación UVA.

Por todo ello, os recomendamos escoger un solar que proteja frente a la mayoría de éstas radiaciones y, por supuesto, con una textura que sea adecuada para vuestro tipo de piel.

A día de hoy, el mercado de la fotoprotección tiene opciones para tod@s. ¡Pregúntanos por el tuyo!


Y por último, queremos dejarte con algunos consejos para disfrutar de una exposición solar segura:

  1. Aplica el fotoprotector media hora antes de exponerte directamente al sol.
  2. Utiliza filtros adecuados para cada edad. Los niños necesitan un filtro solar específico.
  3. Aplica la cantidad suficiente de protector solar y no olvides reaplicarla cada dos horas.
    • Para el rostro, dos dedos de crema sería suficiente.
  4. No utilizes los protectores solares de otros años. Ya no tienen el mismo spf que indica el envase.
  5. Después de salir del agua, vuelve a reaplicarlo. La mayoría de ellos son resistentes al agua, pero no mantienen la misma capacidad fotoprotectora.
  6. Evita las horas de mayor radiación: de 12-16h aproximadamente.

Si tienes cualquier duda estaremos encantados de ayudarte.

Y recuerda, la protección solar… ¡por encima de todo! 😉